Recuperemos este estilo de vida.
Hace unos días leí un fragmento de la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses. En específico el capítulo 4; los versos del 9 al 12. Pablo le habla a esta comunidad en estos términos:
“Acerca del amor fraterno no tienen necesidad de que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros y, en efecto, así lo están haciendo con todos los hermanos de toda Macedonia. Sin embargo, los exhortamos, hermanos, a que progresen todavía más, a que procuren vivir en paz, a que se ocupen de los propios asuntos y a que trabajen con sus propias manos, como les hemos mandado, de modo que se comporten como conviene ante los de fuera de la comunidad, y no tengan necesidad de nada”.
Usando como trasfondo este fragmento de la carta, me gustaría compartir algunas reflexiones que me surgen cuando contrasto estas palabras del hombre de Tarso, a la realidad eclesial hoy.
Para poder cumplir con este objetivo, creo que lo más importante es que situemos la carta de Pablo en su contexto particular. Por tanto, quiero hablar primero de algunas notas contextuales históricas; segundo, de algunas notas contextuales de la misión de Pablo; tercero, el porque se escribe la carta; cuarto, la intensión de la carta y terminamos las notas contextuales con un quinto punto, que será, algunos problemas generales de la comunidad de Tesalónica. Una vez planteado esto, quisiera entonces abordar, teniendo en cuenta el contexto, algunas reflexiones a propósito del capítulo 4, 9–12.
I. Notas contextuales de la I Carta de Pablo a los Tesalonicenses.
1. Notas históricas.
La ciudad de Tesalónica fue fundada aproximadamente en el año 315 a.c por Casandro, general de Alejandro Magno. Cuando la ciudad estuvo bajo el imperio romano, se convirtió en capital de la provincia de Macedonia y sede del gobernador. Aproximadamente para el año 42 a.c. logró el estatus de ciudad libre. Lo que le permitiría tener una administración por un consejo local y una moneda local. Estaba ubicada en lo que se conoce como la “Via Egnatia”, que unía Oriente con Occidente, es decir, Bizancio con Roma. En tiempos de Pablo era una ciudad próspera, destacada por su comercio y cultura.
En el plano religioso esta ciudad contaba con la presencia de una comunidad judía numerosa y floreciente. Dicha comunidad, como testimonia Hch 17, 1, cuentan con una sinagoga. Además, existían dos cultos importantes, a saber, culto al dios Dionisio, que según la carta (1 Tes 4, 3–7) era llevado a cabo por adoradores se entregaban a todo tipo de excesos. Y, el culto al emperador.
2. Notas de la misión de Pablo.
En su segundo viaje, el hombre de Tarso, acompañado de Silvano y Timoteo transitan desde Filipos hasta Tesalónica pudiendo ubicar su llegada a esta ciudad hacia el año 50 d.c.
Pablo solo puede permanecer en dicha ciudad por un periodo de cuatro meses. En esos cuatro meses él logra evangelizar y fundar una comunidad de discípulos del Señor. Habiendo hablado del contexto histórico de la ciudad de Tesalónica, en el plano religioso, podemos advertir que antes de la llegada de Pablo dicha comunidad no existía.
Esta comunidad que funda el apóstol le trae unos serios problemas. Podemos decir que dicha comunidad tuvo que tener elementos interesantes porque una vez creada, en la comunidad influyente de judíos se genero una envidia muy fuerte. Envidia que provocara la creación de un motín por el cual Pablo no podrá seguir en Tesalónica y huye a Berea. Por este motín él, como hemos dicho, solo pudo permanecer en ejercicio de misión evangelizadora unos 4 meses.
Con todo esto, cabe decir que la comunidad que queda, tras la huida de Pablo, es una comunidad que es orgullo para sus misioneros y ejemplo para otras comunidades. Aunque no madura en la fe puesto que su formación no fue completada en el corto tiempo que Pablo pudo estar entre ellos.
3. ¿Por qué nace la carta?
Como dato cabe decir que esta carta de Pablo es el primer texto escrito del Nuevo Testamento (Primavera-Verano del año 50 d.c o inicios del 51 d.c.).
Con la salida de Pablo de Tesalónica no hubo fin a las dificultades generadas por los judíos de la ciudad. Por lo que él, continua su huida de Berea a Atenas y después a Corinto. Es en Corinto donde se encuentra con su compañero de viaje, Timoteo. Este último había sido enviado por Pablo para que visitara la comunidad. En el encuentro, Timoteo le da las noticias acerca de la comunidad y a la vez, le presenta los problemas que viven. Sin dejar a un lado, también, las preocupaciones e inquietudes teológicas que la comunidad tiene.
4. Intensión de la carta.
Podemos percibir que si Pablo solo pudo estar 4 meses no tuvo demasiado tiempo para organizar, formar y animar a la naciente comunidad (sin embargo, se convierten en ejemplo para otros ¿Qué nos dirá esto hoy?)
A razón de la imposibilidad de visitar Tesalónica y ayudar a la comunidad de discípulos del Señor que allí había fundado, en su proceso de maduración; y teniendo en cuenta el informe de Timoteo. Pablo escribe esta carta con tres intenciones: manifestar su aprecio por sus comunidades; exhortarlos y enseñarles, y exigirles que vivan en Cristo.
5. Problemas en la comunidad.
Uno de los principales problemas que presenta la comunidad es la ignorancia sobre el camino para poder insertarse (vivir/existir) en el contexto que se les presentaba. Un mundo pagano contrario a la ética cristiana es lo que rodea a dicha comunidad que, además, provoca que muchos tengan conductas libertinas que supuestamente “habían abandonado”.
Santiago Guijarro, hablando sobre los destinatarios de esta carta, afirma:
“Los destinatarios de aquel primer anuncio fueron casi exclusivamente paganos, pues su conversión se describe como una vuelta « hacia Dios desde los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero» (1 Tes 1, 9) […] Aquellos a los que se dirigió el primer anuncio del que se habla en ella no eran judíos, ni siquiera prosélitos cercanos a la sinagoga, sino griegos que antes habían adorado a los falsos dioses (ídolos)”[1].
Como hemos dicho, Tesalónica no era cualquier pueblito del imperio. Al contrario era una ciudad importante, con un auge económico, cultural y religioso. Por eso, no es extraño que ese contexto ejerciera presión sobre la comunidad. Un contexto, como hemos mencionado, con el culto y las costumbres paganas que, para la comunidad, desde el inicio fueron amenazantes y provocaron que muchos tuvieran conductas “indebidas” (¡Claro! Al ser griegos/paganos no les quedaba tan fácil romper con lo que para ellos era su manera de vivir). En fin, un medio muy hostil.
No podemos dejar a un lado el dato de que se perseguían, por aquella época, a ciudadanos que abandonaran a los dioses de la ciudad y los dioses protectores de la familia. Y que, abandonar dichos dioses generaba un desprestigio social, inseguridad económica y ostracismo[2]. No bastando con eso, los discípulos del Señor seguían enfrentándose al desprestigio hacia Pablo y su autoridad generado por la comunidad judía.
II. La comunidad de Tesalónica, un ejemplo para la comunidad cristiana de hoy.
Habiendo precisado algunos elementos, creo que podemos retomar el fragmento que mencione al inicio para profundizar su significado.
“Acerca del amor fraterno no tienen necesidad de que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros y, en efecto, así lo están haciendo con todos los hermanos de toda Macedonia. Sin embargo, los exhortamos, hermanos, a que progresen todavía más, a que procuren vivir en paz, a que se ocupen de los propios asuntos y a que trabajen con sus propias manos, como les hemos mandado, de modo que se comporten como conviene ante los de fuera de la comunidad, y no tengan necesidad de nada”.
1. Ni objetivo ni meta, estilo de vida.
La comunidad de Tesalónica no solo se enfrenta a la realidad de no saber cómo insertarse en el contexto pagano. Además, para esta época, el anuncio del Evangelio se había independizado del ambiente palestinense y de las tradiciones israelitas, que fueron cuna del cristianismo. Esta comunidad tiene una hoja en blanco, sin saberlo tal vez, les toca inventarse el primer manual de Evangelización. Entonces, la comunidad debe concebir una nueva disposición y una nueva forma de ser. Qué según el fragmento que traigo a colación, esa manera de distinguirse, esa nueva disposición, de ser, pasa por la posibilidad del amor fraterno. Esta comunidad se ama bien. Tienen la capacidad de amarse tanto que se vuelven ejemplo para las demás comunidades. ¡Esto es súper importante!
Alguno podrá preguntar ¿De dónde nace esa capacidad? Pablo afirmara que de Dios mismo, sin embargo, me atrevo a mencionar otros elementos.
Este anuncio que Pablo da a la naciente comunidad tuvo lugar en medio de grandes trabajos (2,2). Él y sus compañeros “no buscaban nunca la adulación, ni el propio provecho, ni el honor de parte de los hombres y tampoco se presentaron “con la autoridad de Cristo” sino que optaron por hacerse sencillos y actuar como una madre que cuida de sus hijos (2, 5–7)”[3].
¿Qué implican estas actitudes distintas de Pablo en el marco del anuncio? Pues implican al menos dos cosas:
- En algunos casos el anuncio se produjo en el taller artesano en el que trabajaban para ganarse la vida (2, 9). En un contexto de encuentro personal y en el entramado de la vida cotidiana y laboral de las personas. Sobre esto Guijarro dirá: “La opción de Pablo de vivir de su trabajo, con el fin de no ser una carga para las comunidades, preservando así su libertad y autonomía, implicaba que tenía que pasar mucho tiempo trabajando en el taller, y que en este contexto se encontraría con personas muy variadas con las que pudo compartir sus inquietudes y su fe”[4].
- El primer anuncio en Tesalónica no tuvo la forma de una predicación pública dirigida a un grupo numeroso de personas. Consistió, más bien, en una serie de exhortaciones personales.
Todo esto, me parece a mi, permitió que la buena noticia fuera acogida con mucho entusiasmo y además, generara unos lazos de fraternidad y amor. Es decir, al responder viviendo con intensidad su fe y amor, se convierten en typos o modelo para las comunidades de las provincias de Macedonia y Acaya. Viviendo así, la respuesta[5] de la comunidad de Tesalónica al anuncio de la buena nueva es modelo para los demás creyentes. Respuesta que, a mi manera de ver, no habría sido posible sin la cercanía de dicho anuncio.
Con todo lo mencionado, lo que en el fondo quiero mostrar es que Pablo y sus compañeros (tal vez sin saberlo) generaron un espacio vital[6] que provocó que la respuesta al anuncio hecho fuera igual de cercana, es decir, no podría haber sido otra la respuesta a un anuncio cercano que un amor fraterno/cercano con los otros. Por tanto, ese amor fraterno no es un objetivo de la comunidad, una meta, sino, su propia manera de ser en el mundo (estilo de vida).
2. Evangelizar es vivir el amor fraterno.
Habiendo hablado sobre el amor fraterno que Dios le ha enseñado a la comunidad (2, 9). Creo que el contexto religioso de Tesalónica, donde nace aquella comunidad, nos puede dar un segundo elemento importante. Por lo que, siguiendo la lectura de este fragmento, retomemos las palabras de Pablo.
“Sin embargo, los exhortamos, hermanos, a que progresen todavía más, a que procuren vivir en paz, a que se ocupen de los propios asuntos y a que trabajen con sus propias manos, como les hemos mandado, de modo que se comporten como conviene ante los de fuera de la comunidad, y no tengan necesidad de nada”.
Pablo ahora invita a la comunidad a profundizar en ese amor que ellos ya viven y experimentan. Además, propone cuales serian las manifestaciones concretas de ese amor, a saber: vivir en paz, no meterse en lo que a uno no le incumbe y el trabajo responsable.[7]
Ahora vivir este amor y hacerlo concreto en estas manifestaciones, para Pablo, tienen un objetivo fundamental: “de modo que se comporten como conviene ante los de fuera de la comunidad”. Es decir, este estilo de vida en clave de amor fraterno es también manifestación, muestra, revelación para los de afuera. Esto se hace mucho más relevante y bello si comprendemos que “por entonces se tenía la convicción de que para medir la calidad de los dioses, sobre todo «los nuevos» que se introducían en la ciudad, había que fijarse en la conducta de sus adoradores”[8]
¿Qué quiere decir esto? Que la manera en la que vivía aquella comunidad implicaba para los de “afuera” conocer la “calidad” del dios en el que creían o dicho de otro modo, ellos vivían su discipulado en Jesús de tal manera que mostraban en que Dios creían.
Ojalá nuestras comunidades tuvieran en cuenta esto. Ojalá tuvieran en cuenta que estamos frente a una cultura que no entiende el cristianismo. Mucho ha hablado la Iglesia de la “secularización” del mundo. Sin embargo, nuestro discurso sigue teniendo un tinte de tristeza, derrota o furor frente a esta realidad. Por eso, concuerdo con Arturo Sosa, S.J., cuando afirma:
“En lugar multiplicar lamentos por el pasado idealizado que se fue, preguntémonos sinceramente qué nos está diciendo el Señor a través de la secularización, hacia dónde nos lleva el Espíritu Santo a través de ese camino que está viviendo la humanidad.”[9]
De allí que tengamos que precisar que la secularización nos presenta muchas posibilidades de vivir el cristianismo si leemos este escenario desde Dios. Entre los muchos caminos que nos abre la secularización, el siguiente es muy importante: “Cuando la sociedad se hace secular, surge en muchos el deseo de conocer lo religioso y la experiencia de fe. En esta etapa se ha superado el combate contra la religión y la indiferencia se transforma en indagación del fenómeno religioso. De este modo, por curiosidad muchos jóvenes se acercan a ver que encuentran”.[10]
Esta posibilidad que se abre como “búsqueda” debe tener este “amor fraterno” por bandera. Muchas veces vivir el amor fraterno es hacer que dicho amor sea el mejor evangelio que se pueda predicar. Si logramos esto para: la gente que no está dentro del cristianismo y las que permanecen dentro de “Iglesia”. Estaríamos recuperando un mensaje central que Pablo da a la naciente comunidad de Tesalónica. A saber, el Dios en el que creemos hace posible que: personas de distintos razonamientos, pensamientos de distintos, contextos culturales y sociales distintos, seamos hermanos y nos amemos con amor fraterno. Esto se convierte en la mejor carta de presentación para quien decida, frente a un contexto secular, libremente seguir a Jesús.
Por favor, no dejemos de “hacernos conscientes de cómo el mundo secular nos libera de ser cristianos automáticamente, por costumbre, porque vivimos en un ambiente cristiano, porque se es parte de una familia cristiana en una sociedad cristiana. En una sociedad secular se es cristiano porque se quiere, porque se ha hecho la pregunta, se ha informado, se ha discernido y se elige ser cristiano”[11].
Ahora, para cerrar este segundo elemento, no olvidemos que el amor fraterno no está en función únicamente de amarnos y cuidarnos entre nosotros. Diría Gustavo Baena, S.J., que una de las características de la figura de la comunidad de Jesús como fue entendida por la Iglesia primitiva es que es
“una comunidad contraste, signo y testimonio, no en función de sí misma, como lo era la comunidad escatológica judía de la época de Jesús, comunidad de puros según la ley, y por lo tanto, cada vez más estrecha y reducida, sino en función salvadora de todos los demás, la gente, los pecadores”[12].
En este sentido, ojalá seamos una comunidad contraste frente a la realidad del mundo. Que cuando la gente nos vea, diga: “oye es posible”. Cuando nos pregunten porque es posible podamos decir: “por el Dios que ya nos ha enseñado como amarnos”. Jesús que se sienta a la mesa con distintos, que genera una comunidad con distintos, que ama a personas distintas nos demuestra que nosotros también podemos hacer comunión entre distintos; entre distintos podemos y debemos hacer comunidad.
Por eso cuando Pablo menciona que Dios ya les enseñó a amarse, a la comunidad de Tesalónica, se está refiriendo a esa comprensión que tiene él sobre la acción operante del Espíritu en los miembros de la comunidad. Es decir, Espíritu ya está actuante y operante en el creyente y la muestra que constata esto es que el creyente se comporta de una manera muy particular (amor fraterno) y eso se convierte en el mejor método de evangelización “ante los de fuera de la comunidad”.
3. Recuperemos este estilo de vida.
Santiago Guijarro afirma que “la transformación del estilo de vida de aquellos seguidores de Jesús determinó la consolidación y el éxito posterior del cristianismo”.[13]
Entonces que el amor fraterno no sea una frase bonita pegada en el refrigerador, que el amor fraterno no sea una obligación para nadie, que el amor fraterno no se vuelva el objetivo fundamental. Más bien que el amor fraterno se vuelva el modo de vivir de todo los que están en la comunidad de discípulos del Señor. Es más, seremos comunidad tanto en cuanto todos los que estamos dentro y fuera de este espacio vital, vivamos con amor fraterno. La tarea es que nuestro estilo de vida sea este, que nuestra forma de proceder sea este, el lugar desde donde hagamos las cosas sea este.
¿Cuál es el modo de proceder de esta comunidad de seguidores del Señor? Su modo de vivir, su modo de proceder, es amor fraternal. Esto no es un eslogan. No es un objetivo. No es una tarea por hacer. Es nuestra forma de vivir, de ser, de movernos, de existir.
Concluyo con esta frase de Thomas Merton:
La cuestión del amor no se puede evadir. El amor no es solo algo que te sucede: es una cierta forma especial de estar vivo. El amor es, de hecho, una intensificación de la vida, una plenitud, una totalidad de la vida.
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Te dejo el texto completo de la I Carta de Pablo a los Tesalonicenses por si quieres profundizar en su lectura:
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[1] Guijarro Oporto, Santiago. La Primera Evangelización. Biblioteca de Estudios Bíblicos: 138. Ediciones Sígueme, 2013, 180.
[2] En la Grecia antigua, destierro a que se condenaba a los ciudadanos que se consideraban sospechosos o peligrosos para la ciudad.
[3] Guijarro Oporto, Santiago. La Primera Evangelización. Biblioteca de Estudios Bíblicos: 138. Ediciones Sígueme, 2013, 182.
[4] Ibíd.
[5] Sobresale el hecho de que se vive el discipulado sin abandonar el entramado social, sino iluminando con el Evangelio esa compleja red social, cosmopolita, sincrética e idolátrica, lo que en ocasiones traía tensiones y conflictos.
[6] En el marco de la psicología, el concepto espacio vital remite a esa zona de seguridad que tiene un ser humano, ese núcleo íntimo y personal que le es propio y en el que comparte sus inquietudes y anhelos con otras personas. Personas que, por tanto, también forman parte de este espacio vital gracias a ese vínculo de proximidad. Conviene puntualizar que, por tanto, este espacio tan confortable también va evolucionando y cambiando a lo largo de los años gracias al recorrido vital que recorre el sujeto.
[7] ¿Por qué estos valores? Porque -dice Pablo- la comunidad se puede descuidar frente a la proximidad, según se creía, de la venida de Cristo, y ya hay algunos que enseñan que «si el Señor ya viene, ¿para qué gastar el tiempo en trabajar?» (2 Tes 3,10- 12). Consejo Episcopal Latinoamericano, Nuevo Testamento: Biblia de la Iglesia en América (Estados Unidos: PPC, 2015), 577.
[8] Ibíd.
[9] Cfr. https://sjcuria.global/es/mas-discursos/206-intervencion-del-padre-general-al-sinodo-texto-completo
[10] Ibíd.
[11] Ibíd.
[12] https://mercaba.org/Libros/Baena/baena_RD_en_J.htm
[13] Guijarro Oporto, Santiago. 2018. El Cristianismo Como Forma de Vida. Los Primeros Seguidores de Jesús En Ponto y Bitinia. Biblioteca de Estudios Bíblicos: 157. Ediciones Sígueme.